Salí, paseá,
sentate en una plaza.
(¿Oís las voces como ráfagas pasar?).
Observá a la gente en su andar.
Caminá entre ellos, mimetizate.
Como si fueras uno más.
Tomate el día libre y verás
que el mundo se conforma
en todas partes -más o menos- igual.
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