Usaban los largos silencios que hacían
para decirse todo lo que no debían.
Sus ojos iban y venían
cruzándose apenas en puntos que se desvanecían.
Pestañas bajando y subiendo
en perfectos aleteos esquivos.
Miradas cayendo en picada,
refractando verdades sin sentido.
Usaban los largos silencios que hacían
para desnudarse enteros cuando el mundo no los veía.
Lenguas escondidas
tras un cúmulo de palabras que enmudecían.
Dos manos ensayando monólogos mentirosos,
que ni uno ni otro creían.
Cuerpos tensionados y tirantes,
disimulando aquello que no se permitían.
Usaban los largos silencios que hacían
para decirse las cosas que les habían sido prohibidas.