dejé el tabaco,
el alcohol,
el café
y a vos.
De todos
los síndromes de abstinencia
que he padecido
-el insomnio,
el temblor en mis manos,
la ansiedad-,
el de ir tras tu sombra
mientras la lluvia borra tus pasos
sobre la acera mojada
sigue siendo el más difícil de sortear.
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