Paso entre las obligaciones como una babosa,
resbalando.
Martes. Otoño.
Me siento a almorzar en el medio del patio
bajo una siesta poblada de soles.
Una hormiga negra desvía su recorrido
para caminarme un rato por los pies.
Y la medida de mi tiempo
es lo que durará este cielo azul sin nubes
antes de que empiece a desangrarse.
2 comentarios:
Me gustó mucho en especial esa combinación de mansedumbre con una profunda congoja. Ah y el final... excelente.
Gracias, Andrés... ¡abrazo! :)
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