que nos hemos dejado,
todas las cosas han quedado
suspendidas en el aire.
Como partículas de polvo
vistas a trasluz
en una siesta de invierno.
Todo pasa flotando
en cámara lenta,
pendiendo de un hilo invisible:
Las compras,
la tintorería,
los niños,
las promesas
que me hiciste
(íbamos a ser felices,
¿lo olvidaste?).
Como si el tiempo
se hubiese congelado.
Como si la tierra se hubiese
detenido de repente
(para siempre).