que ya no me queda
cómodo.
Es esta voz
que ha perdido
toda gracia.
Son estos ojos
que sólo arrastran cansancio
sobre cada objeto que repasan.
Es esta lengua
-pastosa y entumecida-,
repitiendo frases hechas
que no conducen nunca
a nada.
Estas manos,
estos dedos,
esta piel.
Son estos huesos flacos y mustios
que ya no disimulan los fracasos.
… y sin embargo entiendo
que aún
no ha llegado el final.